Benedicto XVI celebró este miércoles el 60 aniversario de su ordenación sacerdotal e impuso el palio -símbolo de comunión con el obispo de Roma- a 45 arzobispos, de ellos 17 iberoamericanos, durante una misa solemne en la que pidió la unidad de los cristianos y fidelidad a Cristo y a la Iglesia.
Ante varias miles de personas que llenaron la basílica de San Pedro del Vaticano, el Papa Ratzinger recordó aquel 29 de junio de 1951 cuando el cardenal alemán Faulhaber le ordenó sacerdote en la catedral bávara de Frisinga y pronunció la frase "Ya no los llamo siervos, sino amigos", con la que le confirió -dijo- el mandato de perdonar los pecados.El anciano papa, que concelebró la misa con cien cardenales y 40 arzobispos, aseguró que en esas palabra se encierra el programa entero de una vida sacerdotal y dio las gracias a Dios por la "amistad" que le ha ofrecido en todos estos años.El Pontífice dijo también que Dios espera de los hombres una existencia vivida según su ley y que el contenido de esa ley se basa en el amor a Dios y a los hombres. El Papa pidió fidelidad a Cristo y a la Iglesia.En esta festividad, Benedicto XVI cumplió con la milenaria tradición de imponer el palio a los arzobispos nombrados este año, en esta ocasión 45, de los que cinco no pudieron acudir al Vaticano y lo recibirán en sus archidiócesis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario